humedad. (Del lat. humiditas. atis. con haplología). f. Cualidad de húmedo. II 2. Agua de que está impregnado un cuerpo o que, vaporizada, se mezcla con el aire.

Si eres agua o aire, da lo mismo. Si reptas y te escurres impregnando la tierra de mi cuerpo con el recuerdo tibio de tu sangre, yo diría que eres agua. Si, en cambio, llegas de pronto como ráfaga fresca hasta mis ojos y sacudes mi pelo con manos transparentes y te llevas volando las hojas, las ideas, el rojo concentrado de la frente y lo vuelves azul como la tinta, yo diría que eres aire. Pero tu vinto es de humedad, aunque sea viento. Anuncia lluvia que escurre de mis pensamientos y moja la silueta de los libros y deja suavidad en todos los discursos y en la palabra misma. Una triste suavidad. Un gris claro en la mañana ardiente; tono tenue como el del café que he dejado enfriar y en el que vuelvo a beberte para siempre. Apagas todo fuego posible en mi garganta. Lo has calmado con tu ausencia de paño que envuelve mis órganos para que cicatricen. Tengo húmedo el centro de mi centro. Qué difícil me parece respirar.

De Liquidámbar, Mantis Editores, 2017