La palabra (fragmento)
La palabra es una fruta,
es redonda y jugosa
y tiene un hueso duro en el fondo.
La palabra “palabra” abre su cáscara,
se desnuda y enciende entre los labios, el paladar,
la lengua.
Se escucha entonces su pequeño cuerpo
que estalla como el trigo
y los dientes apenas y la tocan
para no lastimarla.
La palabra “fruta” es más carnosa,
la palabra “comerse” tiene, a su vez,
unos pequeños dientes,
la palabra “autofagia” se autofaga,
la palabra “redonda” sale como burbuja
y en el aire explota,
la palabra “explota” me salpica,
la palabra “fondo” tiene su hueso en el fondo,
la palabra “duro” lo hace más corrioso,
la palabra “silencio” se lo traga
o por lo menos lo esconde.
Es la palabra un fruto
que ha suspendido el tiempo
en plena adolescencia.
Está ahí siempre pendiente del árbol del lenguaje
anaranjada y dulce.
Si la tocas con amor, te fecunda.
Es un fruto
pero es también una piedra
dispuesta a seguir siendo piedra.
Estalla pero a la vez se enrosca.
Es el punto y la línea,
la parte y el todo,
el presente que contiene pasado y porvenir,
el núcleo y sus orillas.
La palabra es una forma de mirar
lo que no está,
por ejemplo el paraguas, ese,
o el paisaje de niebla.
Es un engaño para mitigar el dolor
de la despedida que somos.
De Obra negra, Editorial Arlequín, 2006