Los paraguas
Los paraguas fueron hechos para ser olvidados; en la butaca de un cine, en la casa de un amigo, en la oficina de un notario, en el asiento de un camión, cumplen su riguroso destino. Caballeros como son, saben quedarse solo y servir, con la misma prestancia y cordialidad, a su nuevo dueño. Pero bajo la lluvia, dejan salir un discreto y silencioso llanto que se confunde con el aguacero, y despliegan ampliamente su tristeza sobre las calles de la ciudad.
De Jugo de naranja, Editorial Universitaria UdG, Letras para Volar, 2019